Las campañas contra el abuso del alcohol y las drogas han jugado tradicionalmente la baza del miedo: accidentes, malos viajes, gusanos que se meten por la nariz… Sin embargo, ninguna nos había proporcionado el pánico de vernos a nosotros mismos tras unos cuantos añitos de mala vida. Esta bendita inocencia se ha acabado con el nacimiento de la aplicación para móviles Drinking Mirror.
Creada por el Departamento de Salud de Escocia, la app tiene un funcionamiento muy simple: subes una foto tuya, eliges cuantas copas de vino te tomas a la semana, y te devuelve una imagen de cómo serás dentro de una década.
Cada copa se supone que contiene 175 mililitros. Si tomas entre una y cinco, engordas y enrojeces levemente. De seis a diez, empiezas a parecer un borrachillo de ojos inyectados en sangre y venillas por la cara. Si te pasas de diez, te conviertes en un odre lleno de alcohol con notables estragos en tu cara. Y si coges esta foto y le pones diez copas más, el resultado es tan horrible que te planteas volver a beber alguna vez en tu vida.
¿Y qué pasaría si aplicamos Drinking Mirror a una joven estrella del deporte? A Messi el sobrepeso le deforma la cara hasta parecer un leñador vasco con excesiva afición a los txikitos.