¿Cómo poner la mesa cuando tenemos invitados? Esta pregunta, que seguro a más de uno se nos ha venido a la cabeza alguna vez, no tiene una respuesta exacta, pero sí que existen una serie de consejos que harán de nosotros el perfecto anfitrión frente a amigos y familiares. Una cena o una comida especial pueden ser una buen ocasión para guardar aquellos manteles y cubiertos que utilizamos a diario y sacar a relucir nuestras mejores galas, igual que hacemos con la ropa cuando salimos de fiesta o vamos a cenar fuera.
Mantelería, vajilla, cristalería, cubertería… no debemos olvidar ningún detalle si queremos que nuestros invitados se marchen de nuestra casa pensando que han vivido una experiencia especial.
Mantelería
Es recomendable que, ya que no vamos a poner el típico hule, sino un mantel de verdad, optemos por proteger la mesa con algún plástico protector, para evitar que se manche o sufra cualquier percance. Para el mantel y las servilletas, mejor escoger tonos claros, para que no robe atención a los elementos que dispondremos sobre la mesa. Por supuesto (esto no hace falta ni decirlo) que todo esté limpio y bien planchado.
Cubertería
En cuanto a la disposición de los cubiertos, es importante recordar que el tenedor va a la izquierda, mientras que cuchara y cuchillo (con el filo hacia el interior) van a la derecha, y siempre colocados en el orden inverso a como los vayamos a utilizar (los primeros que usemos en el exterior y los últimos en el interior). Los cubiertos de postre, por su parte, se dispondrán sobre el plato, ya que serán los últimos que se van a utilizar. Evitemos en días especiales cubiertos con mangos de plásticos coloridos, y optemos por otros de mayor calidad, preferiblemente plata o acero inoxidable.
Cristalería
Para la cristalería, en días en que tenemos invitados mejor optar por las copas en lugar de vasos, y siempre del mismo modelo. Deberíamos colocar al menos una copa para el agua (situada en la parte a la izquierda) y una para el vino (a la derecha), en la parte superior del plato. Si también ponemos copa para el cava o champán, irá a la derecha del todo, después de la del vino. Y si queremos rizar el rizo y que hayan dos copas para el vino (una para el blanco y otra para el negro), las pondremos en este orden de izquierda a derecha.
Vajilla
La vajilla es uno de los elementos en los que más cuidado debemos tener a la hora de preparar nuestra mesa, ya que al fin y al cabo será el elemento en el que serviremos la comida que degustarán nuestros invitados. Podemos optar por un diseño moderno siempre y cuando no sea un encuentro excesivamente formal, pero siempre evitando las estridencias y, al igual que con la cristalería, deberá ser toda del mismo modelo.
A la hora de la presentación, debemos poner un plato hondo sobre un o llano, pudiendo optar por platos de presentación o bajo-platos si queremos realzar aún más el conjunto. Los pondremos en el centro del conjunto, justo frente al lugar en el que nuestro invitado se va a sentar. Si disponemos platillos para el pan, estos irán colocados en la parte superior izquierda. Este se debería servir ya cortado en rebanadas, en caso de que optemos por piezas grandes, o en raciones individuales.
Detalles finales
Llegados a este punto, es hora de explicar cómo vamos a servir la comida. Es importante que, ya que hasta ahora le hemos dado ese toque elegante a todo el conjunto, sigamos siendo lo más profesionales posible. Serviremos la comida por la izquierda del comensal y la retiraremos por su derecha. En cuanto al orden de los platos, serviremos primero aquellos más suaves, para ir subiendo el tono y acabar con los más potentes (Aperitivos/Entrantes -> Pescados -> carnes).
Como últimos detalles, un sencillo adorno floral o unas velas pueden acabar de dar ese toque distinguido a la mesa, y una música de fondo que acompañe la ocasión (nada que destaque, queremos que la conversación sea lo importante), pueden hacer aún más agradable el conjunto.
También debemos cuidar especialmente la iluminación y la temperatura del lugar en el que se va a celebrar la comida/cena. Intentemos no pasarnos con la temperatura, ya que a medida que las horas pasen es común que la temperatura ambiental aumente (y más si a cena es consistente y hay vino o licores de por medio). Lo mejor, en estos casos, es preguntar a nuestros invitados si se sienten a gusto con la temperatura, y optar por que nadie sienta frío (es mejor quitarnos alguna pieza de ropa que no tener que estar tapándonos).
Por último, nada de fumar en la mesa, por lo que no pondremos ceniceros. Si alguien pide alguno, optaremos por indicarle amablemente algún lugar de la casa (un balcón puede ser un buen lugar ahora que viene el buen tiempo) en el que pueda fumar. De esta manera además, seguramente opte por fumar menos, para no tener que estar levantándose constantemente.
Con todos estos consejos, y el toque maestro que cada anfitrión sabe darle a las ocasiones especiales en función de los invitados, estamos seguros de que disfrutaréis de una velada que se recordará durante mucho tiempo. ¡A ponerlo en práctica!