Creo que todos alguna vez nos hemos imaginado como sería el mundo si la comida fuera gigante, y nosotros seres diminutos a su lado. Algunos hemos guardado esa idea solo para nosotros, otros han decido escribir una novela, como Jonathan Swift con Los viajes de Gulliver, y también hay quien crea una serie fotográfica, como Akiko Ida y Pierre Javelle, que han llamado a ese mundo imaginario Minimiam.
Pero volviendo al asunto que nos trae entre manos, y sin entrar a valorar las similitudes de ambos trabajo, me encanta cómo han conseguido recrear con comida gigante escenas cotidianas como cortar el césped sobre un Kiwi, tomar el sol en un postre, pintar setas o reparar una grieta en una berlina.
Si os apetece vivir durante un tiempo en este pequeño mundo en miniatura, os invito a que echéis un vistazo a la galería, y si os quedáis con ganas de más, no dejéis de visitar la web de Minimiam.
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